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Apuntes de Historia CVIII
 
 
 
 
 
 
 
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25 de Enero de 2015
Perfiles de Indias (II) 
Manuel Jesús Parodi Álvarez.-Sanlúcar de Barrameda es una realidad histórica multicolor, poliédrica; sus perfiles históricos son múltiples, multiformes, complejos y muy ricos, por variados; desde la arqueología de los más remotos tiempos a la realidad siempre viva y pujante de su actividad económica y social, las tierras de este rincón del Bajo Guadalquivir pertenecen a la gran Historia de la Humanidad desde hace milenios, desde hace decenas de siglos.
Si hace unas semanas abordábamos en estos mismo párrafos los perfiles medievales (islámicos y cristianos) de la ciudad y su territorio, de una ciudad ya conformada como tal en el espacio y en el tiempo, en otro capítulo precedente nos aproximábamos a los perfiles indianos de esta Sanlúcar tan europea como americana, puerta del Mundo y puerto de América en Europa.
Las iglesias y conventos del Barrio Alto… La Basílica Menor de La Caridad, sede de la Patrona de la Ciudad, Las Descalzas, Nuestra Señora de La O, el Hospital e iglesia de San Diego, la recoleta iglesia de San Miguel, que marca uno de los ejes de las antiguas murallas, o La Merced, iglesia y convento, sita en el codo alto de la Cuesta de Belén, refugio y salvación de cautivos en tierras lejanas, redimidos también desde Sanlúcar…

Todos estos edificios monumentales y religiosos reciben a propios y extraños desde la calma y la serenidad de sus piedras antiguas y le ofrecerán unos momentos de descanso en su pasear por las callejas del Barrio Alto, mezclando tintes medievales con esencias americanas y brindando a los visitantes el esplendor de sus espléndidos tesoros artísticos.
 
En otro de los límites de la Barranca, junto a la Escalerilla de los Perros, se alza la Casa de Maternidad, hoy sede del Conservatorio sanluqueño y antigua Casa de Cargadores, tan vinculada a la Casa de Orleáns-Borbón. Recibe su actual denominación a partir precisamente de la Casa de Maternidad que creara a mediados del siglo XX la infanta Beatriz de Sajonia-Coburgo-Gotha, esposa del infante don Alfonso de Orleáns, pionero de la aviación mundial y héroe de la española, y quienes fueran toda una institución en la ciudad.
 
La Plaza del Pradillo guarda un sabor americano en las grandes Casas-Palacio que la enmarcan, si bien quizá dos de los ejemplos más representativos de este “momento americano” (tan rico como dilatado en el tiempo) en la ciudad sean el convento de Capuchinos, erguido sobre sus propias alturas (al pie de las cuales se encuentra la Casa de La Almona, antigua fábrica de jabones), ese silente vigía sobre las bocas del río en los siglos de la Modernidad, y la Casa Palacio de los Marqueses de Arizón, con su esbelta torre-mirador envuelta en el halo de leyendas, espíritus y ensoñaciones del pasado, que hoy alberga un hotel, y que representa sin lugar a dudas uno de los más significativos modelos de gran Casa de Cargadores de Indias de la Edad Moderna no sólo en Sanlúcar de Barrameda, sino en todo el amplio contexto de la Baja Andalucía, nucleado -en lo tocante a este particular- en torno a la Bahía de Cádiz y la desembocadura del Guadalquivir, pero con ejemplos (de su propia naturaleza) en la misma Sevilla, como la zona de Santa María la Blanca, o los Barrios marineros de El Arenal y Triana, a una y otra banda del río en la capital hispalense pueden atestiguar con propiedad.
 
En ambos casos, cualquiera quedaría más que sorprendido no sólo por las dimensiones físicas de los monumentos en cuestión, sino muy especialmente por el peso de su Historia y su estrecha vinculación con el Nuevo Mundo, con el comercio y las navegaciones atlánticas de nuestra Historia.
 
Ya en el Barrio Bajo, entre sueños medievales se mecerán los anhelos de Indias… Las Casas de Cargadores de este nuevo casco antiguo y los edificios religiosos de la Ribera volverán a traer a la memoria las esencias indianas…
En la Plaza de San Roque, el Cabildo Nuevo, edificio del siglo XVIII y hoy sede de la Biblioteca Municipal “Rafael Pablos”, junto al cual se alza la iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados, y no muy lejos de aquí, la iglesia de la Trinidad, reposo eterno de exploradores a Canarias.
 
La iglesia del Carmen (uno, dos, tres templos -y alguno más- dedicados a la Reina del Carmelo en la ciudad, pero nos referimos al templo barroco de la calle San Juan) será evocación de marinos, y conventos como los de Madre de Dios y Regina Coeli nos hablarán de nobles y descubridores que en estas clausuras guardaron a sus hijas, como hiciera nada más y nada menos que Hernán Cortés, y en nuestro pasear por estos espacios tan significados en la Historia de la ciudad nos encontraremos inopinadamente con los dragones de San Jorge, emblema de la Monarquía inglesa que preside la homónima iglesia de San Jorge, erigida por la Iglesia Católica de Inglaterra antes del Cisma, en el siglo XVI, en pleno centro de Sanlúcar, una zona de nuestro Casco Histórico que en esos días era parte de la ribera.  
 
Las Casas de Cargadores de la calle Santo Domingo pulsarán el tono de nuestro paseo hasta llegar a las grandes iglesias del Barrio Bajo: los templos de Santo Domingo y San Francisco marcaron los ritmos de la Ribera entre los siglos XVII y XVIII, mientras la pequeña iglesia de San Nicolás crecería a la sombra de la referida iglesia de San Francisco desde el Setecientos.
Y en la orilla del río, varias son las referencias que al viajero pueden salir al paso y que sin duda le hablarán de los tiempos en que los galeones hacían la Carrera de Indias… Desde el pago del Espíritu Santo, donde una vez hubo un castillo del mismo nombre, muy cerca del Jardín de Las Piletas, hasta los restos del Muelle del Rey, hoy una escollera refugio de pequeñas embarcaciones de recreo y que a fines del XVII quiso ser puerto de Sanlúcar…, hasta el Barrio Marinero de Bajo de Guía, zona gastronómica por excelencia, a todo lo largo de nuestra ribera…
 
Y el pago de Zanfanejos, luego Bonanza, que recibiera su nombre de la Virgen de dicha advocación, que originalmente fuera la Madonna di Bonaria, la cual desde las alturas de Cagliari (en Cerdeña) ejerce su patronazgo sobre marinos y que llegase a Sanlúcar probablemente al calor de los intercambios comerciales de la Casa de Guzmán con el Mediterráneo Central, allá por el siglo XIV; Bonanza, verdadero puerto histórico de Sanlúcar, que viera zarpar (y regresar) al Almirante Colón, a tantos navegantes atlánticos, y a la expedición de Magallanes-Elcano, que culminaría con éxito la Primera Vuelta al Mundo ejecutada por europeos, la primera que pasaría a los Anales de la Historia Universal, hará 500 años en breve.
 
Y, como un secreto engastado en un collar de arena y sal, el Baluarte de San Salvador…, un trocito del Caribe en las arenas del Guadalquivir que desde el siglo XVII lleva contemplando el ir y venir de las mareas por el río, bañando sus piedras centenarias en las arenas de la playa sanluqueña, que son las del Coto de Doñana.
En Sanlúcar, todo nos habla de América… 

.Todos los trabajos de Manuel Jesús Parodi publicados en SD  

 
 
 
 

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