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Apuntes de Historia CXLI
 
 
 
 
 
 
 
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12 de Septiembre de 2015
 “El río Baetis en Estrabón, Mela y Plinio”
Manuel Jesús Parodi Álvarez-Hemos abordado en diversos textos precedentes de esta serie algunas consideraciones sobre el río Guadalquivir (como volveremos a hacerlo, estamos seguros, en un futuro no muy lejano) a lo largo de los muchos siglos de su dilatada Historia.
En los artículos en los que hemos recogido algunas consideraciones sobre el río hemos centrado nuestro interés, nuestra atención, en los perfiles de su Historia durante la Antigüedad, asunto que hemos abordado al tratar acerca de las fuentes clásicas (esto es, los autores de época romana -esencialmente) que de uno u otro modo, con mayor o menor intensidad, han transmitido en sus párrafos alguna información sobre el territorio de la desembocadura del río (esto es, el territorio donde hoy se encuentra Sanlúcar de Barrameda) durante la Antigüedad (un tema en el que, inefablemente había de reflejarse, de una manera u otra, el estado y situación del río Baetis.

Queremos en estos párrafos entrar a considerar las menciones del río Guadalquivir antiguo (el Baetis de los romanos) que podemos encontrar en los textos de tres de los principales autores de la época romana, el griego Estrabón, el gaditano Pomponio Mela, y el latino Cayo Plinio Secundo (mejor conocido como “Plinio el Viejo”).
 
En lo que respecta al griego Estrabón (romano, pero griego de origen, pues era natural de la ciudad helena de Amasía, situada en aquella región del Mediterráneo Oriental que los romanos llamaban Asia Menor, esto es, la península de Anatolia, en el contexto occidental de la actual Turquía), un autor que como sabemos escribe en la transición de las Eras, entre los siglos I a.C. y I d.C., bajo el reinado del emperador Augusto, a quien serviría, sabemos que su gran obra llevaba por título la Geografía (o Geographiké).
 
En este trabajo monumental, el amasiense trataría de reflejar, de recoger, por orden del referido emperador Augusto, un compendio verdaderamente enorme de conocimientos de la realidad del mundo de su tiempo, una suerte de Enciclopedia del siglo I d.C., organizada sobre una base principal de naturaleza geográfica (puesto que el autor analiza las materias sobre las que escribe organizándolas esencialmente por regiones, las regiones del Imperio Romano).
 
Así pues, los contenidos referidos a la Península Ibérica de la época (o lo que es decir, a la Hispania Romana) aparecen recogidos en el seno del Libro III de la Geografía estraboniana, siguiendo un criterio igualmente geográfico, tratándolos asimismo por regiones.
Entre esos contenidos relativos a la Hispania Romana no podía faltar la información sobre el río Baetis, sobre el Guadalquivir romano, el cual aparece mencionado de distintas formas y en distintos pasajes de la referida Geografía del grecorromano Estrabón.
Son tres las formas, fundamentalmente, en las que el río va a ser mencionado por el amasiense, y éstas son las de “Baetis”, “Tartesos” y “Esteros” (en este último caso, ya sea al citar los Esteros de Hasta y Nabrissa, ya sea hablando de los Esteros entre Gades y el Promontorio Sagrado –en lo cual nos detendremos más adelante, en los siguientes párrafos).
 
De este modo, el gran río meridional de la Península aparece mencionado bajo la forma canónica de “Baetis” en los siguientes pasajes del Libro III de la Geografía del amasiense: Geog. III.1.6-7 y III.1.9; Geog. III.2.1-3, III.2.11 y III.2.15.; Geog. III.4.12; y Geog. III.5.3 y III.5.9.
Bajo la denominación de “Tartesos”, Estrabón menciona al río en su obra Geografía, Libro III, capítulo 2, epígrafe 11; como vemos, se aplica un uso arcaico, una denominación arcaica del río, el Tertis o Tartesos, río homónimo del horizonte cultural bautizado igualmente como Tartesos (otro caso de homonimia, como sabemos, entre un accidente geográfico -un río- y un horizonte cultural, una cultura o civilización, la de Tartesos).
 
Finalmente, el río es mencionado como “Esteros de Hasta y Nabrissa” en la Geografía, III.1.9 y en Geog. III.2.4-5; con esta denominación, Estrabón estaba aludiendo al ámbito del Lago Ligustino, de ese enorme estuario de la desembocadura del río Baetis, con sus brazos, caños, canales y esteros en la marisma y en el propio marco global del litoral del Lago Ligustino.
 
Con el nombre de “Hasta” se refiere Estrabón a “Hasta (o ‘Asta’) Regia”, la gran ciudad turdetana del entorno meridional del Guadalquivir antiguo, cuyo emplazamiento ha de buscarse en actual término municipal de Jerez de la Frontera (en el yacimiento arqueológico de Mesas de Asta), un núcleo poblacional de gran envergadura, cabecera del mundo turdetano suroccidental del ámbito del Baetis, que controlaba grandes extensiones de territorio en la actual provincia de Cádiz (y posiblemente no sólo en este contexto), y que era capaz de codearse de tú a tú con la Gadir fenicia, articulando en torno suyo y de su soberanía vastas extensiones, como hemos señalado, en este marco geográfico.
 
De otra parte, “Nabrissa” es la actual Lebrija; recordemos en este sentido a uno de los hijos más ilustres de Lebrija, el gramático Elio Antonio de “Nebrija”, autor de la primera gramática de la lengua castellana, en cuyo nombre -entre los siglos XV y XVI- se recoge su patronímico en una forma intermedia (entre “Nabrissa” y “Lebrija”, Nebrija).
 
Lo que hemos señalado, así pues, sobre los Esteros de Hasta Regia, puede ser traído a colación igualmente en lo relativo a esta Nabrissa romana, emplazada en un lugar privilegiado en la costa suroriental del Lago Ligustino y mencionada por el amasiense como un punto de referencia a la hora de poner nombre a esos esteros que forman parte del contexto directo del río Guadalquivir en el marco de su desembocadura, cuyas señas de identidad vienen determinadas por ese Lago Ligustino al que venimos haciendo referencia.
 
Un poco más laxa en lo relativo a su localización concreta es la mención de esos “Esteros entre Gades y el Promontorio Sagrado” que formula Estrabón en su Geografía, III.2.4. y a los que hemos de buscar muy posiblemente en ese mismo ámbito del Lago Ligustino (mencionados, eso sí, de una forma mucho más genérica, laxa, como decíamos), en la desembocadura del Guadalquivir, en la costa atlántica andaluza.
Retomaremos la siguiente entrega a partir de aquí, entrando a considerar qué se encuentra bajo esa denominación estraboniana de “Promontorio Sagrado”, así como los testimonios de Mela y Plinio sobre el río Baetis.
 
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