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Apuntes de Historia CLXXIV
 
 
 
 
 
 
 
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30 de Abril de 2016
Ideas y monumentos II
Manuel Jesús Parodi Álvarez.-Decíamos en el anterior artículo de esta serie que la imagen de una ciudad  (la imagen que proyecta una ciudad hacia el exterior, así como la imagen, el concepto, la idea, que una ciudad, entendida como el conjunto de sus ciudadanos, tiene de sí misma) tiene absolutamente todo que ver con  su Historia, con su presente (espejo de sus virtudes y defectos) y su pasado.
La imagen que una ciudad proyecta y el concepto que tiene de sí misma (esto es, la forma en que una ciudad se presenta hacia el exterior y la forma como se concibe a sí misma) guarda una íntima relación con el modo que tienen los habitantes de dicha ciudad de concebirse, de comprenderse, de explicarse a sí mismos como una comunidad en el tiempo y el espacio, y con la manera que tiene dicha comunidad humana (dicha civitas) de entender a la ciudad (igualmente, la civitas) en el tiempo y el espacio.

No se trata de querer o no querer ser redundante, sino del hecho cierto de que la realidad de una ciudad depende en buena medida de sus ciudadanos, de la evolución y el devenir de esa comunidad a lo largo del tiempo (lo que no excluye circunstancias, cuestiones regulares, ni a los gestores de dicha comunidad, ya sean miembros de la misma en un sistema democrático contemporáneo o rectores de la civitas en el contexto de un sistema social como el del Antiguo Régimen, por citar dos modelos que no son los únicos que han sucedido), algo de lo que no se sustrae como es natural Sanlúcar de Barrameda, y algo que no excluye los avatares sobrevenidos, los accidentes históricos, las situaciones puntuales, pero algo, en fin de cuentas, que tiene mucho que ver, no puede ser de otro modo, con las cuestiones de naturaleza estructural y de diversa índole (geográficas, históricas, económicas, sociales, culturales, tradicionales) que se conjugan a la hora de narrar el discurso histórico de una determinada comunidad, de una determinada civitas, de una determinada ciudad, y a ello no es ajena, tampoco, la historia de Sanlúcar de Barrameda.
Las piedras (dicho en un sentido metafórico), los monumentos, los jalones patrimoniales de naturaleza cultural e histórica que dan forma a los perfiles de la silueta de una determinada civitas, de una ciudad dada, por ejemplo, Sanlúcar, no son un accidente en la historia de esa ciudad, sino el reflejo (siempre mermado, pues el tiempo no perdona) de las señas de identidad, de algunas de las señas de identidad de esa ciudad a lo largo del tiempo: son, dicho de otro modo, un reflejo en el espacio, del devenir de la ciudad en el tiempo. Y son de todos, porque pertenecen al acervo cultural de la comunidad[1].
 
De cara a la mejor comprensión integral de la realidad de una ciudad, ya sea por parte de los visitantes ajenos a la misma, ya sea por parte de los propios integrantes de la comunidad estable de la ciudad (una comunidad integrada por nativos como por residentes permanentes o por personal en tránsito pero asentado durante el suficiente tiempo -sea esta noción de “suficiente” la que sea, desde una perspectiva emocional, relacionada con los horizontes sentimentales de esa comunidad como para sentirse adscritos a la misma), es imprescindible la divulgación, en todos los sentidos y en todos los terrenos, de los valores positivos de esa misma ciudad, una tarea a la que no es ajeno el campo de la Historia y del Patrimonio Cultural (en todas sus diferentes facetas, como la monumental, la histórica, la arqueológica, la artística, la inmaterial…).
 
En este mismo sentido, en el de abundar en la difusión y la divulgación de los valores positivos que alberga en sí mismo y que es capaz de transmitir el Patrimonio Cultural, Histórico, incide, por ejemplo, la UNESCO[2], cuando toma y desarrolla la iniciativa de institucionalizar una celebración como la del “Día Internacional de los Monumentos y Sitios”, a partir de una propuesta que realiza el 18 de abril de 1982 (y de ahí la fecha de la conmemoración) el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (mejor conocido por sus siglas, ICOMOS) ante la propia UNESCO, una propuesta que fue definitiva y finalmente aprobada por la Asamblea General de la misma UNESCO el siguiente año, 1983. La intención y finalidad de esta iniciativa es la de ayudar a auspiciar entre la ciudadanía la toma de conciencia acerca de los valores positivos del Patrimonio Cultural de la Humanidad, su potencialidad y su papel como un valor en sí mismo de cara a la construcción de las sociedades desde una perspectiva democrática, sin obviar las cuestiones relativas a la vulnerabilidad y la sostenibilidad del propio Patrimonio Cultural, e incidiendo en la necesidad de su protección y de su conservación, así como -igualmente- en  lo relacionado con otros aspectos del Patrimonio y el trabajo sobre el mismo como todo lo relacionados con la investigación y, en lo que nos ocupa en estas líneas de manera más central, con la divulgación del mismo y sus valores en el contexto del cuerpo social. Todo ello daría como resultado el desarrollo de la institucionalización del Día Internacional de los Monumentos y los Sitios, como hemos señalado, celebrado cada 18 de abril, dando pié al desarrollo de actividades propias de la divulgación cultural, patrimonial e histórica tales como conferencias, seminarios, exposiciones, talleres o visitas a los monumentos y los sitios patrimoniales e históricos.
 
Así, todo ello explica que en nuestra ciudad, Sanlúcar de Barrameda, se haya celebrado -por vez primera- el Día Internacional de los Monumentos y los Sitios, desarrollándose con este motivo una programación (organizada por el Ayuntamiento sanluqueño con la colaboración de diversas instituciones, entidades, asociaciones sin olvidar a empresas de la ciudad), una programación que se articulaba en torno a las visitas a diferentes monumentos patrimoniales e históricos de Sanlúcar entre los que se han contado edificios históricos como la iglesia de Nuestra Señora de La O, el Castillo de Santiago, el antiguo convento Dominico, el convento de Las Descalzas, la iglesia de La Merced, el convento de La Victoria o el Palacio de Orléans (hoy Ayuntamiento de Sanlúcar).
Por tanto esta actividad ha reunido, para el disfrute de propios y extraños, en la celebración del Día Internacional de los Monumentos y los Sitios, a un elenco de monumentos locales de diversa naturaleza entre los que se cuentan edificios religiosos en activo como tales, como la parroquia de La O y el convento de Las Descalzas, edificios un día religiosos y hoy dotados de un uso civil y cultural, como La Merced o La Victoria (hoy espacios culturales), edificios religiosos con un uso bodeguero, como el antiguo convento Dominico (hoy Bodega Argüeso), edificios de naturaleza poliorcética y militar, como el Castillo de Santiago, y un edificio monumental, palacial, de época romántica y neomudéjar en su estilo, como es el caso del Palacio Orléans, en el que se encuentra la sede del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda desde hace unas décadas.
 
El conocimiento de las cosas es fundamental para la comprensión de las mismas; dicho de otro modo, y parafraseando al Hiponense, sólo se ama lo que se conoce; Agustín, obispo de Hipona, llevaba razón cuando hace más de 1500 años lo explicó de ese modo, y su aserto, teológico, puede ser aplicado al Patrimonio Histórico y Cultural como a cualquier otra cosa. Sólo la extensión del Conocimiento, la Educación y la Cultura (nótense las mayúsculas) nos harán mejores y permitirán que nuestro legado cultural pueda resistir mejor el paso del tiempo.
Esto son palabras mayores. Y en ello estamos.
Pro bene commune.


[1]
  Sobre este término, “acervo”, dice la RAE: “Del lat. Acervus, montón”. Y tomamos los dos primeros significados que nos ofrece: 1.m. Conjunto de valores o bienes culturales acumulados por tradición o herencia. 2.m. Haber que pertenece en común a varias personas, sean socios, coherederos, acreedores, etc.
 
 
[2]  UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (en inglés, United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization, abreviado internacionalmente como UNESCO).
Todos los trabajos de Manuel Jesús Parodi publicados en SD  VER
 
 
 
 

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