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Avanzábamos en alguno de los anteriores artículos algunas cuestiones relativas a los contenidos de este volumen que ahora nos ocupa, señalando que el mismo se abre con el correspondiente Índice, localizado entre las páginas 5 y 6 del libro, al que siguen a continuación los prólogos del volumen, el primero de los cuales (un texto titulado “Una cita con nuestra Historia: las Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir”, que ocupa las páginas 7 a 9 del libro) corre a cargo del alcalde de la ciudad, Víctor Mora Escobar, mientras el segundo se presenta firmado de manera conjunta por la presidenta de la Fundación Casa de Medina Sidonia, la historiadora Liliane Mª. Dahlmann, el presidente de la asociación de Amigos del Libro y las Bibliotecas “Luis de Eguílaz”, el profesor Rafael Pablos Bermúdez, Insignia de Oro de la Ciudad de Sanlúcar de Barrameda, y el coordinador de las Jornadas (y del libro) y autor de estos párrafos, el historiador Manuel J. Parodi Álvarez (este texto cuenta con el título “Las III Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir, algo más que unas Jornadas”, y se presenta entre las páginas 11 y 13 de este volumen de “Actas”).

 

A continuación de estos prólogos encontramos la “Crónica” de las III Jornadas de Arqueología, texto que suscribe el coordinador de la actividad y del libro, Manuel Parodi; de título “III Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir. Crónica”, esta crónica ocupa las páginas 15 a 24 de estas “Actas”, y en la misma se rinde puntual cuenta del desarrollo y la sucesión de los contenidos de la III edición de las Jornadas, en el antedicho otoño de 2015.   

 

En lo que atañe directamente a los contenidos históricos propiamente dichos de este libro de “Actas” que presenta un total de 198 páginas dedicadas a la Historia de la Arqueología de nuestra comarca (y que, como señalábamos, ha salido, como es habitual en esta serie de volúmenes de las Jornadas de Arqueología, de las prensas sanluqueñas de la empresa “Gráficas Santa Teresa”, que llevado a cabo nuevamente un estupendo trabajo en favor de la Historia y la divulgación histórica con este libro), cabe señalar que las III Jornadas de Arqueología estuvieron dedicadas al tema general de la Historia de la Arqueología en la comarca, contando precisamente con el título de “Arqueólogos por el Bajo Guadalquivir en la primera mitad del siglo XX”, que rendía de forma precisa, entendemos, el contenido, el perfil y la naturaleza de la propia actividad.

 

De esta manera las sesiones de las referidas III Jornadas estuvieron dedicadas a un tema relacionado con nuestro pasado y nuestro Patrimonio Cultural e Histórico como es el de la Historia de nuestra Arqueología, centrándonos en este sentido en torno a algunos de los personajes (investigadores, arqueólogos, historiadores profesionales o incluso aficionados, en algún caso) que desarrollaron sus líneas de acción (de investigación, de gestión, administrativas…) en relación con la gran región histórica (y geográfica, y cultural…) del Bajo Guadalquivir en las décadas que compusieron la primera mitad del pasado siglo XX, e incluso en las décadas postreras del siglo XIX.

En lo que respecta a los artículos históricos propiamente dichos, el primero que nos encontramos es el relacionado con la figura de Antonio María de Orléans, infante-duque de Montpensier, cuyo gusto por el arte y en particular por el Orientalismo llegaría a generar toda una línea estética y artística en la España de la segunda mitad del Ochocientos y principios del Novecientos, la del Neomudéjar; el duque, hijo menor del que sería último rey de los franceses, Luis Felipe, adquirió su admiración por los modos estéticos y culturales orientales gracias al viaje que realizaría (en el primer tercio del siglo XIX) por tierras del Norte de África y del Próximo Oriente, un viaje de juventud destinado en teoría a la formación del joven príncipe galo, y que en realidad encubría una verdadera misión política y diplomática francesa destinada a implantar y afianzar la influencia del país de Molière en dichos espacios geográficos y políticos del Mediterráneo Oriental, una iniciativa geoestratégica francesa encomendada por el soberano a su propio hijo, el por entonces joven duque de Montpensier, que llevaría a éste por Egipto y Turquía, donde se impregnaría del gusto estético por los modos artísticos de las tierras que recorrió junto al que sería su fiel secretario, el historiador Antonio de Latour.

   

Este extenso trabajo sobre el duque de Montpensier, Antonio María de Orleans-Borbón, ocupa las páginas 25 a 61 del volumen y del mismo es autor el Dr. Javier Verdugo Santos, arqueólogo, conservador de Patrimonio de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

A continuación del mismo encontramos el artículo dedicado al arqueólogo alemán Adolf Schulten, titulado “Adolf Schulten. Un alemán entre las dunas”, del que es autor Jacobo Vázquez Paz, arqueólogo, presidente de la sección de Arqueología del Ilustre Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y Ciencias de Sevilla-Huelva, y que entre las páginas 63 y 74 del libro se ocupa de la labor de este estudioso germano (quien guardó directa relación con este contexto geográfico de la desembocadura del Guadalquivir, como venimos señalando) en nuestro ámbito, especialmente de sus renombrados trabajos arqueológicos en el Parque de Doñana a principios del pasado siglo XX, en busca de nuestras raíces más pretéritas.

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