Las Covachas, testigo de la I Circunnavegación

La Conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo (1519-1522 / 2019-2022) es un empeño, un compromiso, en el que la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, con su Ayuntamiento y su sociedad civil a la cabeza, se encuentra inmersa desde hace ya unos años.

En este contexto de la Conmemoración de este hito de nuestra Historia común el Ayuntamiento sanluqueño viene desarrollando una línea de trabajo en pro de la recuperación y puesta en valor de la Historia y el Patrimonio Histórico de nuestra ciudad que ha llevado a intervenciones tales como la restauración del Mercado de Abastos de la localidad (la primera fase constructiva -y por ende la primera actividad del mismo- data de la primera mitad del siglo XVIII), la realización de la Carta Arqueológica del Término Municipal, así como a la puesta en marcha de diversas líneas de acción en torno a la divulgación histórica, entendiendo que la recuperación del Patrimonio Histórico (inmueble y mueble) y la divulgación de sus valores contribuye decididamente a la construcción de una sociedad a todas luces mejor, más sensible y por ello más crítica y más plural.

    En este sentido cabe señalar que uno de los elementos singulares más relevantes del Patrimonio Histórico sanluqueño es el constituido por Las Covachas, un espacio singular de la Sanlúcar histórica, en el eje entre los dos núcleos articuladores de la ciudad vieja, los Barrios Alto y Bajo, un espacio emplazado en el mismo corazón de la Cuesta de Belén, la histórica arteria que en la época de la I Vuelta al Mundo unía la ribera sanluqueña, escenario desde el que zarparon las naves de Magallanes en 1519 y al que regresaría finalmente la nao Victoria en 1522, con el espacio amurallado de la Sanlúcar medieval, que descansaba entonces -como hoy, pero ya sin la cinta murada, de la que quedan algunos vestigios- en la cima de la corona de la Barranca ribereña.

    El espacio de Las Covachas (posiblemente un abrigo costero de remoto origen en el tiempo quizá incluso relacionado con el primer poblamiento de la zona en época protohistórica, algo de lo que hemos hablado ya en diversas ocasiones en esta serie así como en otros espacios de divulgación histórica) presentan un aparato ornamental diseñado con el aspecto que presentan por la Casa Ducal de Medina Sidonia en tiempos del II Duque, D. Enrique II el Magnífico, y cuya realización (el momento en el que se llevan a cabo los arcos ojivales monumentales y se ornamentan con las figuras de dragones marinos, a caballo entre los siglos XV y XVI) debió ser contemporánea con la época de la I Vuelta al Mundo, cuando no inmediatamente anterior a los años en que se desarrolló dicha Expedición.  

    Este aparato ornamental que exorna las oquedades de Las Covachas, en la ladera de la Barranca sanluqueña fue concebido como un elemento clave en la propaganda del Poder de la Casa de Medina Sidonia, diseñado para mostrar algunos de los elementos de la mística del Poder de la Casa como eran esos dragones marinos alados

    Los ojos de Hernando de Magallanes, Juan Sebastián de Elcano, Antonio Pigafetta, Francisco Albo, Juan de Cartagena y los demás miembros de la Expedición de la Primera Circunnavegación contemplaron ya a principios del siglo XVI este espacio monumental y su ornamentación, y desde unas orillas por ese entonces nada alejadas de este mismo entorno hubieron de zarpar las naos Victoria, Trinidad, San Antonio, Concepción y Santiago para dar, literalmente, la Vuelta al Mundo, acaso contra todo pronóstico.

    Las Covachas, pues, guardan una directa relación con la I Circunnavegación de la Tierra, pues desde sus alturas en el eje de la Barranca sanluqueña, los ojos ciegos de sus dragones y las ojivas de piedra de sus arcadas góticas contemplarían la partida de Magallanes y el regreso de Elcano, bajo sus miradas caminaron los componentes de la Expedición, por sus inmediaciones ascendieron hasta el Palacio Ducal de Medina Sidonia los capitanes de la referida Expedición, y junto a sus ojivas descansarían los marinos en espera de embarcar para la gran odisea de la que habría de ser la Primera Vuelta al Mundo, al tiempo que junto a las mismas habrían de pasar los escasos supervivientes del Viaje a su retorno del mismo cuando llegaron hasta Sanlúcar en septiembre de 1522, en su camino, de nuevo, al corazón de la ciudad entonces amurallada.

    Las Covachas son un elemento patrimonial contemporáneo de la época de la Primera Vuelta al Mundo, que formaba parte del paisaje monumental de la Sanlúcar de finales del siglo XV y principios del XVI, la Sanlúcar que albergase, que viera partir y recibiese a los integrantes de la Expedición Magallanes-Elcano, y constituyen a su vez uno de los más sólidos y destacados referentes del rico tesoro patrimonial de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, constituyendo en sí mismas un potentísimo hilo conductor monumental que lleva directamente desde el actual siglo XXI hasta los momentos de la Primera Vuelta al Mundo, a principios del tan lejano siglo XVI, hace ahora medio milenio.  

    Testigo privilegiado de hitos del último medio milenio de la Historia de Sanlúcar, así como de algunos momentos estelares de la Historia de la Humanidad (parafraseando, como solemos hacer, al intelectual austríaco Stefan Zweig -biógrafo de Magallanes y luchador contra todo tipo de totalitarismos), los arcos de Las Covachas se yerguen como un baluarte de la identidad sanluqueña, algo más lejos del río y la ribera que los vieran nacer hace medio milenio, pero sólidamente ancladas, ahora como entonces, en la fachada de la Barranca sanluqueña tanto como en el paisaje emocional de los sanluqueños.  

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